Respirar conscientemente es estar presente.
Lo primero que hacemos al nacer es inhalar y lo último que haremos al morir es exhalar. Y mientras permanecemos en la vida, realizamos un sin fin de ciclos de inhalación-exhalación. Eso que llamamos respirar. Algo a lo que casi no prestamos atención, lo damos por supuesto.
Nos vamos a dormir y damos por supuesto que nuestra respiración continuará, durante el día prestamos atención a una multitud de asuntos y nuestra respiración continua realizándose sin que nos fijemos en ella. Es la respiración no consciente y sin embargo, si lo deseamos podemos modificar conscientemente nuestra respiración…. contenerla, alargarla, acelerarla, hacerla más profunda…. y nos podemos fijar en los efectos que tiene nuestra forma de respirar en nosotros, podemos darnos cuenta de como nos sentimos al respirar conscientemente. Y esto nos trae de golpe al aquí y ahora, al presente. Ya que la respiración siempre sucede en nuestro cuerpo y en el preciso momento de respirar.
Te propongo un sencillo experimento para establecer la conexión entre tu conciencia y la respiración.
1. — UNA SENCILLA ALQUIMIA HUMANA
Comienza a prestar atención
a tus próximas respiraciones.
Aunque sigas leyendo estas palabras,
siente que estás respirando,
que es fácil leer y respirar
y ser consciente de que respiras,
todo al mismo tiempo.
Presta atención a la calidad de cada inhalación.
Aunque sigas leyendo, experimenta los sentimientos
y las sensaciones de la respiración que entra en tu cuerpo.
Siente las zonas que en tu torso se mueven
o no con cada inhalación.
Aunque sigas leyendo, nota los sentimientos
y las sensaciones de la respiración que entra en tu cuerpo.
Siente las zonas que en tu torso se mueven
o no con cada exhalación.
Vuelve ahora al principio de esta página
y léela de nuevo,
prestando mayor atención al sonido y al significado
de cada palabra, y, durante un minuto más o menos,
limítate a escuchar tu propia respiración,
mientras los ojos se te van cerrando suavemente…